LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Entre el mito de la mujer autómata y la representación de la figura de la novia de Frankenstein, el argumento de Pobres criaturas y su apabullante belleza visual han convertido este filme en uno de los títulos más interesantes del cine actual, recibiendo 11 nominaciones en los Premios Oscar 2024.
De acuerdo con CINEMANÍA, a estos puntos fuertes de la película se suman las excelsas actuaciones de Emma Stone (en su doble papel como Bella Baxter /Victoria McCandless), Mark Ruffalo (Duncan Wedderburn) y Willem Dafoe (el doctor Godwin Baxter), en una adaptación de la obra literaria homónima de 1992 de Alisdair Gray.
La obra original era presentada en forma de manuscrito encontrado, así el autor se presentaba como un mero recopilador de una historia que recibía a través del testimonio y las cartas de los propios implicados. Una especie de biografía de Archibald McCandless, cuyo desenlace resultaba muy diferente al de la película dirigida por Yorgos Lanthimos.
Al final del libro encontramos una carta de Victoria, fechada el 1 de agosto de 1914 y enviada desde su hogar en el 18 Park Circus de Glasgow (Escocia). Se trata de una misiva fundamental ya que desmiente toda la información recogida en el relato previo, la cual ha sido fruto de la imaginación fantasiosa de su “pobre tonto marido”, Archibald McCandles. Este personaje es conocido en el filme como Max McCandles, interpretado por Ramy Youssef.
Victoria (‘Pobres criaturas’), víctima de maltratos
En esta carta dirigida a uno de sus descendientes, Victoria critica la imagen infantiloide y con retraso mental que su marido intenta vender de ella, ya que se trata de un retrato totalmente alejado de la realidad y aupado por el gusto de Archibald hacia el romanticismo gótico.
“Me estremezco y agradezco que mi difunto esposo imprimiera esta única copia. He quemado todos los fragmentos del manuscrito original y habría quemado este también si no fuera porque es casi la única evidencia que queda de que el pobre tonto existió. Pagó una pequeña fortuna por ello, suficiente para alimentar, vestir y educar a doce huérfanos durante un año”, confiesa Victoria.
A pesar de la opulencia que intenta vender su marido sobre ella, los primeros años de vida de Victoria están repletos de capítulos aciagos y una tristeza mayúscula. Su padre era capataz de obra en una fundición cercana a Manchester e inicialmente vivían en un contexto humilde hasta que el patriarca consiguió generar su fortuna con una patente. Algo que sucedía después de la muerte de varios de sus hijos.
Con el paso del tiempo, la familia comenzó a contar con una posición más favorable, mudándose a una mansión con más de una decena de sirvientes y obligando a que Victoria estudiara modales para una dama. La realidad detrás es que su padre era un maltratador físico y mental que, pese a todo, dejó que desarrollara su intelecto acudiendo al colegio. Mientras tanto, su madre se ahogaba en sus problemas con el alcohol y acababa falleciendo.
La prota de ‘Pobres criaturas’ nunca intentó suicidarse
“Me había golpeado con el puño. Mi cabeza chocó contra el suelo adoquinado y sangré durante horas mientras estaba inconsciente. Este es el crack que mi difunto esposo describe como misteriosamente regular, haciendo sonar el cráneo debajo de la línea de mi cabello”, describe Victoria sobre una de las situaciones más violentas que vivió y que llevaron a su marido a relacionarla con la novia de Frankenstein. Un pasado repleto de brutalidad del que huyó a través de su educación en el extranjero.
A su vuelta del colegio de monjas de Lausana (Suiza), Victoria se encontró con el fallecimiento de su madre y la necesidad de encontrar un marido. Así terminaba contrayendo matrimonio con el General Sir Aubrey de la Pole Blessington, pero sus problemas conyugales se traducían en tres abortos y una petición de que se hiciera una cloridectomía, una operación quirúrgica que reducía parte del clítoris y supuestamente implicaba beneficios (falsos) para la concepción
Independientemente de este matrimonio infeliz, Victoria en ningún caso intentó suicidarse como denuncia Archibald en sus cartas, sirviendo de detonante para la historia de fantasía de su esposo.
Bella Baxter, Archibald y Godwin: las mentiras detrás
El procedimiento quirúrgico permitió que Victoria conociera a Godwin Baxter, al cual llegaría a calificar como “el único hombre al que llegué a amar de verdad”. El doctor se negó a realizar la operación tras conocer la historia al completo y terminó acogiendo a la joven que huía de sus desdichas.
Buscando evitar los cuchicheos de los vecinos y conocidos, Godwin la rebautizó como Bella Baxter, la hija amnésica de sus primos sudamericanos muertos en un accidente de tren. Ante la insistencia de la joven de meterse en su cama, este siempre la evitó ante su enfermedad sifilítica, pero a cambio la adoptó como aprendiz de su oficio.
Tiempo después, Bella acompañó a Godwin a una gira mundial y a su retorno el doctor le pidió que buscara un nuevo marido para que no se quedara sola. Así, la protagonista acababa acercándose al estudiante de medicina Archibald McCandless, el otro pupilo de Godwin con el que se casaba y tenía tres hijos.
“McCandless era el marido útil y desinteresado que me ayudaría a hacer lo que quería mientras satisfacía mis amores”, reconocía Victoria, quien, antes de su matrimonio, puso a prueba al susodicho al seducir a Duncan Wedderburn y convertirlo en su amante. “Un experimento para ver cuán adecuado era McCandless”, mientras el personaje interpretado en el filme por Mark Ruffalo se enamoraba perdidamente de ella y acababa internado en un manicomio ante el rechazo.
“Estoy seguro de que su locura comenzó como un pretexto para escapar de prisión por malversación de fondos de clientes, pero ahora es bastante real”, añadía esta sobre el hombre al que no olvidaría nunca.
Victoria y Archibald se enteraban en 1908 que él padecía esclerosis diseminada. Ella se dedicaba entonces en cuerpo y alma a su cuidado hasta su fallecimiento poco después, en 1911, mientras el aspirante a médico confabulaba contra ella en los textos que luego acababan en manos de Alisdair Gray.
La trágica muerte de Archibald llegaba tras el repentino fallecimiento de Godwin, dejando a Victoria desolada y hallando la obra que la perseguiría hasta el final de sus días. “Leí el libro hace tres años, poco después del funeral, y me hizo infeliz durante quince días. Todavía me siento triste cuando lo recuerdo”, confiesa la protagonista.
¿Por qué Archibald inventó la historia de Bella Baxter?
Victoria acaba señalando la historia del libro como “todo lo más morboso en el más morboso de los siglos”. “Ha hecho que una historia bastante extraña sea aún más extraña removiendo episodios y frases de las obras de Mary Shelley y Edgar Allan Poe. ¿En qué morbosa fantasía victoriana no se ha inspirado?”, afirmaría ante de revelar toda la verdad detrás.
La protagonista acaba acusando de todas las patrañas al carácter “envidioso” de su marido, quien se había dedicado al cuidado de sus hijos mientras ella desarrollaba su carrera.
“Archie no era un lunático. Sabía que su libro era una mentira astuta. Se reía de ello. Durante sus últimas semanas lo que le divirtió fue la astucia con la que su ficción burló la verdad”, incide la protagonista ante la clara misoginia de un marido incapaz de aceptar el éxito de su esposa y al que corroen los celos de no alcanzar la carrera triunfal de Godwin, al cual considera como una figura cuasi divina.
La película de Yorgos Lanthimos apuesta por narrar la primera versión del relato de manera fidedigna al material original, pero no desmiente que sea fruto de la imaginación de Max. Si bien, el cineasta griego sí que posterga el espíritu de la búsqueda de la libertad y la independencia de la protagonista.
Así, Pobres historias se sustenta en la lucha de Bella Baxter / Victoria McCandles, una mujer atada a las convenciones de una sociedad que intentó derribarla con falacias para desprestigiarla, pero que siempre logró renacer de sus cenizas.
AM.MX/fm