El próximo miércoles 18 de julio la crisis de Nicaragua cumple tres meses y la posibilidad de desistir a las marchas y manifestaciones de sus ciudadanos no parece que vaya a terminar pronto.
Nicaragua es una país Centroamericano ubicado entre Honduras y Costa Rica y desde hace tres meses vive la más grave crisis desde la caída del dictador Anastasio Somoza en 1979. El recuento de daños que ha dejado es de más de 350 muertos y al menos 2 mil heridos, en su mayoría jóvenes y estudiantes, según organizaciones de derechos humanos.
Daniel Ortega es el presidente de Nicaragua desde el 10 de enero de 2007 y lo fue también de 1979 a 1990 y aunque sus ciudadanos esperan que el mandatario retome el diálogo y la negociación, él desarrolla una ofensiva armada sostenida donde policías y paramilitares han logrado disolver con violencia la mayoría de los retenes de manifestantes en las carreteras del interior.
Con información obtenida de Clarín, estas son algunas claves para entender la crisis:
¿Cómo empezó el conflicto?
La crisis comenzó el 18 de abril con una protesta de estudiantes contra una reforma al seguro social, que sirvió para revelar un descontento acumulado durante años contra Daniel Ortega. Al inconformismo se sumaron denuncias de fraudes electorales, violación de derechos humanos y corrupción.
A causa de la violenta reacción gubernamental ante las primeras protestas, las manifestaciones se extendieron por el país, donde aún persisten las marchas y mítines de estudiantes, trabajadores, comerciantes, pequeños empresarios y campesinos.
¿Es esta rebelión diferente a la revolución de 1979?
La revolución de 1979 fue resultado de una insurrección armada dirigida por el Frente Sandinista de Ortega, entonces un movimiento guerrillero. Esta es una rebelión cívica inédita en América Latina, ya que los manifestantes no tienen una dirección política o militar y han resistido sin armamento. Sus armas hasta ahora han sido las piedras y bombas caseras.
¿Por qué no se ha solucionado el problema?
La opositora Alianza Cívica argumenta que Ortega no debe seguir gobernando y que debe adelantar las elecciones presidenciales de 2021, por considerar que está incapacitado para seguir gobernando tras la muerte de casi 400 personas y en medio de una crisis económica, con más de 2 mil millones de dólares en pérdidas.
Por su parte el Gobierno ha insistido en que se trata de un “complot terrorista” financiado desde el exterior y que busca la desestabilización del país mediante un “golpe de Estado suave”, lo que lo ha llevado a responder con la fuerza de las armas, sin embargo, ¿será un acto terrorista cuando toda Nicaragua se encuentra envuelta en manifestaciones?
¿Quiénes son los paramilitares?
Los paramilitares aparecieron en las calles de Nicaragua a mediados de mayo y sus operaciones son a menudo apoyadas por la Policía y con la tolerancia del Ejército, según organizaciones de derechos humanos.
Estos grupos irregulares, jamás vistos en el país anteriormente, están formados por policías, ex militares y un sector de la base sandinista leal a Ortega y organizada a nivel barrial, incluyendo grupos asociados a pandillas juveniles y a la delincuencia.
¿Cuántas víctimas ha dejado esta crisis?
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reportaba 273 muertos hasta el pasado sábado. Por su parte, organismos de derechos humanos de Nicaragua elevan a más de 350 la cifra de víctimas, en su mayoría jóvenes heridos por armas de fuego. El Gobierno sólo registra 49 muertes en tres meses.
¿Cómo han reaccionado otros países ante los hechos?
La Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y la mayor parte de Gobiernos latinoamericanos han urgido al Estado de Nicaragua a retomar los cauces del diálogo y detener la violencia, comenzando a colocar así el tema nicaragüense en el foco noticioso mundial.
Sin embargo, los gobernantes de Venezuela, Cuba, Bolivia y algunos países del Caribe, adscritos a la alianza bolivariana ALBA y al emporio Petrocaribe, además del Gobierno de Rusia, han apoyado a Ortega confirmando que se trata de un “complot terrorista”.
¿Cómo es la vida diaria en Nicaragua?
La población vive sometida a una extrema tensión. No se han encarecido los combustibles ni los alimentos básicos, pero la actividad recreativa (cines, turismo, restaurantes, bares, parques) cayó a cero. Más de 300 mil personas en estos sectores han perdido sus empleos, según datos del sector.
En cuanto a educación, las universidades continúan cerradas, aunque algunos centros privados trabajan con clases online y los colegios públicos reabrieron por instrucción del Gobierno. También, la oposición ha llamado a la “resistencia ciudadana” es decir, a no pagar impuestos y no enviar a sus hijos a clase.
Los servicios públicos como agua y electricidad y los trámites en las entidades públicas funcionan con normalidad y en las oficinas de Migración ha crecido la afluencia de gente que solicita abandonar el país.
ET.MX/vgs