CIUDAD DE MÉXICO, 10 de septiembre, (EDT).- Seguramente a ti también te ha tocado responder la pregunta más difícil de la vida, ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?, curiosamente, por más trivial que parezca, se trata de un dilema que ha inquietado a la humanidad desde épocas remotas.
Ahora, después de siglos cuestionándolo, por fin el misterio que nunca hemos podido entender ha sido revelado por científicos: EL HUEVO FUE PRIMERO.
Uno de los primeros en hacerse esta pregunta fue Aristóteles, en la antigua Grecia. Desde entonces se ha tratado de un cuestionamiento que sirve como metáfora, ya que te presiona para tratar de entender los orígenes de la vida y de todo lo que nos conocemos.
¿Por qué la pregunta causa tanta confusión? Pues es que si lo pensamos, el huevo no puede existir sin la gallina, pero entonces la gallina ¿de dónde viene? Y si seguimos reflexionando se repetirá una y otra vez la misma cuestión.
Un estudio científico a cargo de investigadores genéticos y de productores granjeros de gallinas pareció llegar a una respuesta definitiva, concluyendo que el material genético de una especie no puede modificarse durante la vida del animal.
De acuerdo a la teoría de la evolución de Darwin la gallina evolucionó desde otra especie de ave y, si como decíamos, la información genética no puede ser modificada en vida, la mutación necesariamente se tiene que haber dado en un embrión dentro de un huevo preexistente.
De todas maneras, esta teoría deja algunas dudas, ya que no puede surgir una nueva especie de ave (en particular las gallinas) desde un único huevo modificado genéticamente, es decir, que necesariamente tiene que haberse creado una población de huevos modificados genéticamente que constituyeran el nacimiento de muchas gallinas y así el surgimiento de una nueva especie, algo que suena más difícil de probar.
EDT/vgs/TIV