La obra del genio Leonardo da Vinci, “Salvator Mundi”, fue subastada en 450 millones 312 mil 500 dólares en una puja en Christie’s, con lo que se convirtió en la obra de arte más cara de la historia.
“Salvator Mundi” es una obra excepcional, hasta el punto de que los especialistas se refieren a ella como el Santo Grial en el mundo del arte. No solo duplicó los casi 180 millones de dólares que desembolsaron hace dos años por “Mujeres de Argel”, de Pablo Picasso -el récord hasta ahora en una subasta-, sino que también superó ampliamente los cerca de 255 millones que pagó en privado el financiero Kenneth Griffin por “Interchange”, de Willem de Kooning.
La imagen muestra a Jesucristo de frente, como rey y salvador del mundo, sosteniendo en la mano izquierda una esfera transparente que simboliza el cosmos y con la derecha, hace el gesto de la bendición latina.
“Salvator Mundi” es un motivo recurrente en el arte cristiano y se encuentra incluso en obras de la época medieval. La obra data de 1500 y durante décadas se pensó que había sido destruida. Incluso, algunos lo bautizaron como la “Mona lisa masculina”.
La puja del Da Vinci comenzó en 70 millones de dólares. Se tomó un pequeño respiro en los 100 millones, como si estuviera cogiendo fuerza antes de la remontada. En tres minutos llegó a los 200 millones. La puja se prolongó durante 19 minutos. La batalla la libraron dos compradores anónimos que hicieron sus apuestas por teléfono. El martillo cayó en los 400 millones, a lo que hay que sumar la comisión.
“Salvator Mundi” se pintó en el mismo marco temporal que la Mona Lisa. La composición es muy similar y son un perfecto ejemplo del misterio que rodea su trabajo. Su historia también es extraordinaria.
La pintura decoró la estancia privada de Henriqueta María de Francia, esposa del rey Carlos I de Inglaterra, en el palacio en Greenwich. Desapareció tras ser subastada en 1736. Sir Charles Robinson la compró en 1900 pensando que era un trabajo de un discípulo de Leonardo.
La obra maestra de Da Vinci quedó de nuevo en el olvido, perdida entre otros trabajos artísticos que integraban su colección. La pintura, que había sido manipulada, fue consignada a la casa de subastas Sotheby´s para su venta en 1958. Se pagaron por ella 50 millones de euros. Volvió a desaparecer hasta que reemergió en una pequeña subasta hace 12 años. El redescubrimiento movilizó a expertos en el trabajo de Leonardo, que certificaron su autenticidad.
Aunque expertos confirman que la obra fue pintada por el genio florentino, las críticas apuntan a que ha sido restaurada tantas veces que ya no sería, en estricto rigor, de la autoría de da Vinci.