Elon Musk ha concluido con una espectacular hazaña dentro de su exitosa carrera empresarial, pues más allá de ser conocido por ser el CEO de empresas como Tesla, SpaceX o The Boring Company, hoy ha lanzado al espacio el cohete Falcon Heavy que en su interior lleva un coche eléctrico, específicamente un Tesla Roadster que intentarán poner en la órbita de Marte.
Si se trata de exploraciones, la espacial aún tiene un largo camino que recorrer y este significa un evento de gran importancia, para ello hay que saber que este Tesla Roadster viajará a más de 400 millones de kilómetros de la Tierra a una velocidad de 11 km/s. Además, este viaje no es uno de ida y vuelta, sino de acuerdo a las declaraciones de Musk el coche eléctrico permanecerá en el espacio mil millones de años.
Elon Musk y su equipo pensaron hasta en los mínimos detalles y no pudieron dejar de lado la musicalización del lanzamiento y para ello, la radio del coche lleva la emblemática canción de David Bowie, Space Oddity. El maniquí a bordo, bautizado como Starman, también homenajea a la finada estrella del rock y porta el traje espacial diseñado para los astronautas futuros de la nave Dragon. Cabe destacar que en el vuelo inaugural de esta última, la carga consistía en una gigantesca rueda de queso, un chiste inspirado por un amigo de Elon Musk y los Monty Python.
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El coche pesa 1.250 kilos y mide cerca de cuatro metros de largo por dos de ancho. Si se completa la ruta planificada, viajará hasta 450 millones de kilómetros de la Tierra en el Falcon Heavy, el triple cohete con mayor capacidad de carga en activo (64 toneladas toneladas métricas, el doble de la de su rival más cercano, el Delta IV Heavy) y cuyo combustible equivale a dos millones de kilos en TNT.
El lugar del lanzamiento fue en el Kennedy Space Center en Cabo Cañaveral, Florida (plataforma 39A. Desde donde salieron otras grandes misiones como el Apollo 11.
Sobre el objetivo final de este lanzamiento del Falcon Heavy, que es una misión a Marte sale referido en numerosas ocasiones. Elon Musk es el primero que cita continuamente al planeta rojo. Si todo sale a la perfección, efectivamente el Falcon Heavy dejará su última fase orbitando alrededor del Sol mediante una órbita de transferencia de Hohmann, sin completar nunca la llegada a Marte. Las estimaciones de SpaceX es que pueda permanecer en órbita durante 1000 años.
El objetivo final de la misión no es en realidad alcanzar esa órbita sino comprobar si lo que hace ya el Falcon 9 (despegar, llegar a su órbita y regresar intacto para ser reutilizado) lo puede hacer un cohete más potente como el Falcon Heavy. Para ello, además del despegue, tendrá que cubrir con éxito varias etapas: la separación y regreso de los dos propulsores laterales, así como el más difícil todavía, que no es otra cosa que recuperar la primera etapa también en una plataforma.
Si todo esto ocurre, SpaceX habrá conseguido dar un paso de gigante en pro de su negocio y de la carrera espacial. Tendrá entonces la tecnología y experiencia para poder aplicar a sus futuros cohetes con los que realizar encargos en órbitas a las que ahora mismo el Falcon 9 no es capaz de trabajar, o con objetivos inalcanzables ahora mismo como colocar satélites geoestacionarios pesados. De ahí a los taxis a la Luna para turistas no quedaría mucho.