Ciudad de México.- Durante la jornada de reflexión por el Día Mundial del Teatro organizada por Teatro
UNAM y el Centro Cultural Helénico, se efectuaron las mesas Tendencias contemporáneas del teatro mexicano y Público pospandémico: el regreso a los teatros y las teorías de recepción, a cargo de especialistas en dramaturgia, investigación, creación y actuación, en cuyas conclusiones destacaron los feminismos, cuerpos, identidad y la evolución del lenguaje como temas actuales para un público más activo.
“El teatro es un reflejo de la vida, para bien y para mal, lo hacemos en equipo y cada representación es diferente y eso nos demarca muchísimo de las otras disciplinas y formas de presentarnos ante los otros, esa alegría por cada día subir aquí arriba, esa alegría por crear, producir, programar, gestar una obra de teatro quisiera aplaudirla y quisiera reflejarla con el más profundo de los cariño”, compartió Juan Meliá, director de Teatro UNAM, al iniciar la jornada el lunes 27 de marzo en el Teatro Helénico.
Antonio Zúñiga, director del Centro Cultural Helénico, indicó que las grandes obras o producciones, por su condición humana, de las cuales ha podido ser espectador o copartícipe, “nacen de un pequeño emprendimiento el cual está fincado en la humanidad de sus integrantes, en la sapiencia, conocimiento y destreza con la que esos poetas escénicos interpretan esa potencia a través del lenguaje, la escena misma y los cuerpos que se presentan”.
En la primera mesa Tendencias contemporáneas del teatro mexicano, moderada por el actor Bruno Zamudio, coordinador de las residencias artísticas del Centro Cultural Helénico e integrante del programa Apuntes de Teatro UNAM y Cátedra Bergman señaló que, aunque se traten los mismos temas de antes, las preguntas ya no son las mismas, por lo que se deben evaluar las herramientas que se tienen actualmente; y destacó en cuanto a los temas que marcan la contemporaneidad sobre la cual se está hablando: transmedia, desigualdad, espacio público, gordofobia, teatro poshumano, gestión alternativa, escena y discapacidad, manifestación de la vida trans en las artes escénicas, así como resiliencias políticas y culturales.
El investigador, creador y gestor en artes vivas Gabriel Yépez, mencionó que la contemporaneidad tomó otro sentido tras la pandemia que aún se vive y que los textos escritos en la primera década de este milenio ahora tienen una gran distancia con todo lo que ha pasado: “ser contemporáneo también es poner en crisis esto, sobre todo con el lenguaje inclusivo, con la lucha feminista, con la era pospandémica”.
El coordinador de Artes Vivas del Museo Universitario del Chopo también cuestionó qué tan contemporáneos son autores como Roland Barthes, Giorgio Agamben, Michel Foucault e incluso Walter Benjamín y añadió que en las últimas dos décadas empezó un deseo por integrar la investigación a la creación, camino que ha tomado demasiado tiempo, “se habla de otra forma de escribir la escena, ya no viene de una dramaturgia en papel, tiene que ver con cómo escribo y comunico lo que me acontece”.
De igual forma, la asesora en dramaturgia Verónica Brujeiro recordó que los grandes autores -hombres y blancos- en algún momento nos definieron, pero ahora estamos en un proceso de evolución y de combustión en el cual existe un ansia por el cambio de los relatos y desde dónde se establecen las narrativas que vienen de una tradición de siglos, y que ahora están en resonancia con los movimientos sociales.
“No es lo mismo una lucha de reivindicación feminista en México donde 11 mujeres mueren todos los días y se tienen 110 mil desaparecidos, no es la misma urgencia, y que nos hace sentido desde la creación y que tal vez en otras culturas o en otros contextos no tienen la misma fuerza”, acotó Gabriel en torno a que las temáticas tienen que ver con la intensidad y la urgencia.
Verónica Brujeiro, quien también destacó que en el teatro “somos una tribu”, expuso que lo contemporáneo es un tema muy complejo en el cual no solo se piensa en lo que está sucediendo solo en la superficie, sino en lo que nos hace sentido el cual se alcanza a través del conflicto; y resaltó a los cuerpos y la identidad como una materia muy fuerte en lo contemporáneo, aunado a que la tendencia está en la condición de visibilidad vinculados a lo social y lo político.
El creador Aarón Govea señaló que en lo contemporáneo va cambiando la forma de percibir nuestra realidad lo cual es independiente a cualquier arte y tiene que ver con el contexto social, desarrollo tecnológico y cuestiones ideológicas que van determinando cómo percibimos el mundo. Consideró que se debe cuestionar y reflexionar qué se entiende por teatro, modificando lo que se enseñó en la escuela y que correspondía a una época histórica de lo que era teatro, pero para el contexto que se está viviendo se necesita alargar las fronteras.
Aarón, quien actualmente dirige y actúa en la obra “InSomnus (Rhumor teatral)” opinó que la tendencia oficial la marca tanto el Estado como productor por el proceso de selección de convocatorias que perfilan la programación, como la que ocurre en las plazas públicas donde suceden fenómenos escénicos muy particulares en los cuales la sociedad va manifestando su gusto.
Gabriel Yépez opinó que “todavía no estamos viendo la escena actual en México, es decir, después de la pandemia es muy poco el tiempo que tenemos para las nuevas temáticas que van a ir surgiendo y que están surgiendo y que ahorita estamos digiriendo apenas. Tenemos un desfase también en la producción y la presentación”.
Agregó que por los dos años que se estuvo en virtualidad se mantienen una fila de proyectos que se escribieron antes de la pandemia donde había preguntas que no son las actuales y reiteró que lo que se está viendo en cartelera son algunos montajes que se escribieron hace tres años e incluso algunos creadores están cambiando de proyectos porque los que tenían contemplados ya no les hacen sentido, aunado a que con los formatos de virtualidad y transmedialidad algunos buscan montajes híbridos.
Para finalizar, los participantes de la mesa expresaron lo que les gustaría que se reconociera como una tendencia contemporánea del teatro mexicano, entre lo cual resaltaron: abolición al binarismo, investigación permanente, cambio en la narrativa, mutación en los relatos de identidad y cambios de perspectivas.
Las crisis, espacios de oportunidad
La segunda mesa titulada Público pospandémico: el regreso a los teatros y las teorías de recepción fue moderada por la Doctora en Ciencias sociales y humanidades Zulai Macías Osorno, quien comentó que el público no es nada más la persona “que viene, se sienta y escucha, sino que tiene otras posibilidades y potencialidades, en ese sentido, una de las preguntas que surgió entre los ponentes es cómo hacer efectiva la de que el espectador es activo, antes y después de la experiencia teatral”.
El diseñador escénico e investigador teatral Luis Conde señaló que se debe pensar el público más allá de las intersubjetividades y de lo individual, porque no hay realmente un público pensado desde lo público. La idea del público sugeriría un colectivo no necesariamente homogéneo sino más bien una red de interacción profunda.
Por su parte, Lucía Leonor Enríquez, escritora, pesquisadora cartográfica y teatrera, pidió hablar de los públicos desde una diversidad y reconoció que se conoce parcialmente a los públicos y es poca la información que se tiene. Citando a Benjamín Walter sobre la incapacidad de compartir experiencias y no como un acontecimiento sino como una capacidad significativa de generarlos, mencionó que estamos en el trauma, tratando de descifrar cómo vamos a enfrentarnos, a reestructurarnos y configurarnos en términos de nuevos lenguajes, nuevas plataformas y formas híbridas.
“La pandemia nos pasó y lo peor que podemos hacer es hacer como si no hubiera pasado, porque además hay que entender lo revolucionario de la crisis, es decir, entenderla como un punto histórico en el cual podemos recapitular y reconcentrar toda una serie de cuestionamientos que de alguna otra manera ya se estaban enlistando”, expresó la investigadora, directora, performer y traductora Atanasio Cadena.
Atanasio, quien funge como docente del Centro Universitario de Teatro, exhortó a no hablar del público en término general porque se tendrían que comprender a les espectadores desde la pluralidad y dependiendo del dispositivo en acción existen sujetos atravesados por distintas realidades y donde su agencias políticas, sociales, culturales, intervienen dentro de los fenómenos receptivos.
Consideró que “un espectador que depende del creador va a minimizar todo su proceso y no lo va a comprender ni tampoco lo va a dimensionar en términos históricos, ni políticos, ni sociales ni fenomenológicos”, lo cual es una problemática a solucionar, así como el generar espacios para les espectadores en los que sea viable colectivizar procesos receptivos y que permitan conectarse.
Luis Conde añadió que para pensar en los públicos se debe pensar en el público, es decir, en la especificidad y contextualidad de los acontecimientos que se vinculan con sus grupos y colectivos. También habló sobre la tendencia de partir del lugar común de la pantalla y pensar éstas no como enajenación sino como espacios.
Lucía Leonor destacó que “las crisis son espacios de oportunidad, hay que ver cómo sacudimos los relatos hegemónicos a través de contra narrativas usando los mismos dispositivos electrónicos, por lo que sería importante hacer un ejercicio constante de evaluar las posibilidades tecnológicas con la experiencia de la presencialidad; además, se debe pensar geográficamente y descentralizar las reflexiones que no es lo mismo atravesar la ciudad de México que un estado en provincia.
Atanasio destacó que se debe comprender que hay una relación sinérgica entre lo que yo produzco y la persona que lo recibe; y empoderar a los espectadores desde la identidad y pertenencia; mientras que Luis señaló que se debe cuestionar a quién le interesa el teatro, porque en términos cuantitativos son mucho más las personas que no acuden que las que sí, lo cual tiene que ver con temas de movilidad, seguridad y economía.
“Hay que dimensionar el hecho escénico desde la profundidad y la complejidad de relaciones y funciones que se crean al interior tanto de los cuerpos performáticos con los cuerpos espectatoriales, entender cómo nos atraviesan, interrogarnos porque finalmente somos seres que estamos atravesades por toda una serie de saberes culturales, políticos y que nos pluralizan; yo partiría de seguir interrogándonos y tomar en cuenta lo que no funcionaba anteriormente”, concluyó Atanasio.
La jornada continúo con la transmisión en línea de la obra “Ariadna en Naxos” y Apuntes sobre… herida, ética y memoria, en la cual la actriz, dramaturga, directora y docente Teresa Díaz del Guante charló con la historietista Paulina Márquez y la gestora cultural Hebzoariba H. Gómez en torno a visibilizar el tema de la violencia en el país, pero al mismo tiempo vivir la responsabilidad que conlleva, trabajando la escena con ética y cuidado; así como abordarlo desde la mirada de las víctimas.
EDT.MX/CV