CIUDAD DE MÉXICO, 22 de noviembre, (EDT).— ¡Mamacita! ¡No te imaginas todo lo que te haría! ¡¿Guapa, a dónde vas tan solita?! Seguramente alguna de estos “piropos” te hizo recordar a alguno de tus amigos, ¿no es cierto?
Y estamos totalmente seguros que si no te acordaste de un amigo, te acordaste de tu primo o de tu tío o de algún grupo de chicos en alguna esquina de tu colonia o en un bar o en una fiesta. O peor aún te recordaste a ti mismo riendo cuando uno de tus compañeros de la escuela le lanzaba “piropos” (agresiones verbales) y besos tronados a alguna chica que pasaba por ahí.
Y la pregunta que queremos hacerte es: ¿le pediste que se callara o te quedaste callado? Desafortunadamente, la normalización del acoso callejero hace que la mayoría nos quedemos callados cuando somos testigos de este tipo de violencia en contra de las mujeres. Y aunque creas que tú no estás participando, la realidad es que estás teniendo una actitud machista al quedarte callado.
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En Argentina, la campaña “Cambia el trato” de la Fundación Avon, está tratando de visibilizar esta situación, por medio de un video en el que vemos una escena bastante común: dos chicos están en sus motocicletas cuando ven pasar a una chica y uno de ellos comienza a gritarle cosas como: “Estás para el secuestro. ¿Sabés todo lo que te haría?”.
Es entonces que su compañero comienza a recriminarle su actitud. Lo hace cuestionarse el por qué de sus acciones o qué pretende lograr con esa actitud? Algo que las mujeres nos preguntamos todos los días al sufrir acoso callejero: ¿qué suponen los machos que agreden de esta manera a las mujeres que sucederá? ¿Pensarán que la chica en cuestión regresará y les entregará un papelito con su número de teléfono?
El chico le hace ver a su amigo que no tiene derecho de asustar a la chica quien sí tiene derecho de caminar libremente por la calle sin temor a ser atacada por un desconocido que no sabe controlarse. El piropeador contrataca con un comentario bastante conocido acerca de que la manera en la que la chica está vestida asegura que le gusta que le griten ese tipo de cosas. Este comentario demuestra cómo la mayoría de los hombres machistas ni siquiera son conscientes de sus actos, pues no hacen más que repetir patrones e ideas ofensivas que la sociedad les transmite.
El chico lo cuestiona y lo hace tomar consciencia de su actitud machista:“Que las pibas (chicas) tengan miedo de andar por la calle, que tengan que pensar por dónde van, que tengan que pensar qué ropa se ponen, que tengan que tratar de estar acompañadas, que tengan miedo de andar por algunos lugares porque se van a cruzar con nosotros, todo eso es violencia”.
Finalmente, el piropeador se disculpa y juntos invitan a los hombres a no quedarse callados ante sus amigos machistas.
El acoso callejero es un práctica no deseada que genera sensaciones de rechazo, rabia, y vulnerabilidad, entre otras. Si bien existen mujeres que consienten -e incluso les gustan- actos como los piropos, la gran mayoría nos sentimos vulneradas y violentadas, pues nos crea una sensación de miedo e inseguridad constante.
De acuerdo con el ENDIREH 2011, la realidad es que en México el 31.8% de las mujeres de 15 años y más han sido víctimas de alguna agresión pública (aunque no sea en forma cotidiana), que pueden ir desde insultos hasta violaciones.
Las prácticas de acoso sexual callejero, de acuerdo a la campaña,”es una de las formas más naturalizadas y legitimadas de violencia contra las mujeres desde muy temprana edad”. Este acoso “no es deseado ni consentido, afecta la dignidad y los derechos fundamentales de la mujer como: la libertad, la integridad y el libre tránsito. Puede crear en ellas intimidación, degradación, humillación, creándose un ambiente ofensivo en los espacios públicos y en los espacios privados de acceso público”.
NO es piropo es acoso callejero y si eres testigo de un acto de violencia de este tipo, por favor, ¡NO TE QUEDES CALLADO!
Video sugerido:
https://www.youtube.com/watch?v=uqmsfwRsUBw
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EDT/TIV