Científicos de la Universidad de Washington han revelado que pronto podrían diseñar plantas que desarrollen su propio fertilizante; lo que implicaría una evolución en la agricultura y la salud del planeta.
Actualmente, la creación de fertilizantes consume mucha energía y el proceso produce gases de efecto invernadero que son un importante impulsor del cambio climático, además de que el proceso resulta muy ineficiente.
Uno de los principales problemas es que la fertilización de una planta consiste en la captación de nitrógeno, que las plantas utilizan para crear clorofila y realizar la fotosíntesis, pero menos del 40 por ciento del nitrógeno de los fertilizantes llega a la planta.
Otro problema se genera cuando los fertilizantes son arrastrados por la lluvia y terminan en arroyos, ríos, bahías y lagos, alimentando algas que pueden crecer sin control, bloqueando la luz solar y matando la vida animal y vegetal.
Estudios recientes le han dado a los científicos la capacidad de diseñar una bacteria que pueda usar el gas de la atmósfera.
La bacteria se denomina Cyanothece y puede fijar nitrógeno debido a que tiene ritmo circadiano (igual que los humanos), lo que la ayuda a hacer fotosíntesis durante el día, convirtiendo la luz solar en la energía química que utiliza como combustible y por la noche fija nitrógeno, después de eliminar la mayor parte del oxígeno creado durante la fotosíntesis.
Afortunadamente la atmósfera de la Tierra tiene un 78 por ciento de nitrógeno, lo que permitió a los científicos diseñar una bacteria que pueda usar ese gas atmosférico, en un proceso conocido como “fijación” de nitrógeno. Un paso significativo hacia la ingeniería de plantas que podrían llegar a hacer lo mismo.
El siguiente paso podría ser el de concebir directamente plantas fijadoras de nitrógeno.
ET.MX/vgs