Las rosquetas o rosquetes de Jala, que también son llamados pan de boda; son un platillo típico de la gastronomía mexicana, concretamente de Nayarit y siendo más específicos del Pueblo Mágico Jala.
Jala es un lugar que se distingue por su alfarería como tinajas, cántaros y macetas. Los artesanos se dedican a elaborar sillas de montar, equipales de carrizo y canastas de otate; además de diversas artesanías de madera, sillas, camas y mesas, entre otras.
El pueblo se encuentra en las faldas del volcán “El Ceboruco” y entre su gastronomía podemos encontrar un alimento particular: las rosquetas de Jala, un pan que era ofrecido a una pareja ante el acontecimiento nupcial. Así es, como su nombre lo indica, es un pan de boda; algo así como el: croque en bouche de Francia.
Este pan de boda -que era ofrecido a los novios durante el desayuno- tiene una peculiar preparación: vino blanco y tequila, con huevo y un glaseado de azúcar. También se hacen con tequesquite, que es un mineral usado desde la época prehispánica y que aporta un sabor especial a los alimentos.
A pesar de que no hay certeza alguna sobre su origen o historia de este pan tradicional de Nayarit, es muy probable que comenzaran las preparaciones de algún platillo similar durante el virreinato o posterior a este (tampoco se debe olvidar la presencia del tequesquite, que es prehispánico). Hay que recordar que la comida no ha sido siempre como la conocemos: antes de la llegada de los españoles no se tenía azúcar.
Cada lugar, con su cultura y tradiciones va creando platillos que se vuelven parte de la identidad de un persona o un pueblo; al crear rituales alrededor de estos. Por ello, los rosquetes de Jala son parte de la identidad cultural de los nayaritas, junto a otras preparaciones.
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