La alegría es un dulce típico elaborado principalmente, y desde hace cientos de años; en el pueblo de Santiago Tulyehualco, en Xochimilco, CDMX. Esta se conoce en casi todos los rincones del país, pues desde tiempos prehispánicos, el amaranto -que es el principal ingrediente con el que se realiza este alimento- era ampliamente usado en Mesoamérica.
Este alimento es tan importante en esta región, que fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, en el marco de la clausura de la III Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México en el año 2016.
Alegría con amaranto
Las alegrías están hechas con amaranto, que es un tipo de quelite y en México existen numerosas formas para llamarle a este tipo de maleza endémica del país; así como muchas otras que son familia del amaranto.
La semilla de amaranto fue domesticada hace más de cinco mil años y ha sido parte de la alimentación de los pobladores desde entonces. Anteriormente era usado en rituales religiosos y por esta razón fue prohibido el consumo de este durante el virreinato.
No obstante, el amaranto prevaleció hasta nuestros días; como muestra de la resiliencia indígena ante el yugo de culturas opuestas.
Este pseudo cereal se mantuvo en la alimentación de los antiguos pobladores y llegó a nuestros días con las alegrías (que también eran consumidas en Tenochtitlán pero con un fin religioso y bajo el nombre de tzoalli).
Cinco siglos después de la llegada de los españoles, la semilla es parte de la alimentación e identidad de cientos de las familias de la comunidad de Santiago Tulyehualco; razón por la cual el Gobierno de la Ciudad de México decidió declararla Patrimonio Cultural Intangible.
En el Taller de reventado de #amaranto, elaboramos alegrías con chapulines 😋🦗🇲🇽 La dulce tradición de #Tulyehualco presente en 8o. Festival ¡Viva México en Xochimilco! de la mano de los productores “La Semilla del Bienestar”. pic.twitter.com/nBJ7qRh6SX
— Festival VMeX (@FestivalVMeX) September 7, 2019
¿Cómo se hacen las alegrías?
Una vez cosechado el amaranto, se debe tamizar para retirar impurezas y restos de ramas o pequeñas basuritas. Luego, en un comal de barro, se colocan las semillas para que el grano reviente y este sea comestible. El color se tornará blanquecino y así es como llega a nuestras mesas en bolsas generalmente de celofán.
Las alegrías se hacen con el grano ‘reventado’ y se mezclan con miel, que es lo que otorga el dulce sabor. En algunos lugares hacen mezclas con algunos cereales como avena, cacahuates o algunas nueces. También existen diferentes recetas, según sea la tradición familiar o el comercio donde se vendan los famosos dulces típicos.