CIUDAD DE MÉXICO, 30 de Agosto (EDT).— ¿Te gusta el mole negro de Oaxaca? Hay una mala noticia: el chile huacle, uno de sus ingredientes base, está desapareciendo, y si esto pasa, la receta original de este platillo delicioso sufrirá modificaciones.
El mole es un platillo icónico de nuestro país y un elemento importante en muchas comunidades. Se prepara para ocasiones especiales, como bodas, fiestas patronales, o Día de Muertos. Y su preparación llega a tardar varios días.
Sin embargo, este legado gastronómico que ha trascendido generaciones podría desaparecer. En 2013, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo, Pesca y Alimentación (Sagarpa) declaró como especie en peligro de extinción al huacle, chile con el que se hace el mole negro, luego de que las plagas y las afectaciones por el cambio climático provocaron que los agricultores dejaran de sembrar dicho cultivo y ahora es muy poco el que queda.
Aunque aún hay una esperanza de que pueda vivir de nuevo (y con él el sabor tradicional del mole negro). Sí, las semillas del chile huacle pueden ser resguardadas en un banco de germoplasma y con ello preservar la especie.
En el blog oficial del Conacyt, Jair San Juan Martínez, maestro en ciencias en conservación y aprovechamiento de recursos naturales del Instituto Politécnico Nacional (IPN), explicó que el cultivo del huacle es “adaptable a producción bajo cubierta”.
“El cultivo es adaptable a producción bajo cubierta; sin embargo, se requieren estudios sobre el requerimiento hídrico, nutrición, manejo integrado de plagas, conservación de semillas y su manejo poscosecha, sobre todo el proceso de secado del chile, ya que es de esta forma como se comercializa”, apuntó.
¿Por qué llevamos a una especie de chile tan usada cotidianamente a la extinción? San Juan Martínez indicó que en gran parte se debió a que existía poca investigación científica que contribuyera con su recuperación o que nos hablara de sus propiedades nutricionales y las plagas que le afectan.
Desde hace dos años, Jair San Juan ha realizado un proyecto de preservación con buenos resultados, logrando que incluso “la polinización se lleve a cabo con solo agitar las flores, sin requerir la presencia de polinizadores que naturalmente se encuentran a campo abierto, como las abejas”.
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