Un día como hoy se festeja el Día Nacional del Maíz, un alimento originario de México, que ha sido domesticado desde hace más de 8 mil años por grupos de las primeras civilizaciones mesoamericanas
Esta conmemoración surgió en 2009, a partir del movimiento social “Sin maíz no hay país”, como un llamado a conocer, valorar y proteger la diversidad de este cultivo, así como la riqueza cultural que representa.
Principales diferencias
De acuerdo con el Gobierno Federal, en México se cultivan 64 razas de maíz, de las cuales 59 son nativas, siendo la principal diferencia entre las variedades del maíz el color y tamaño de los granos.
Esta pigmentación en los granos se debe a la cantidad de antocianinas, un compuesto químico que además de dotarles un color particular, contiene sustancias nutraceúticas y antioxidantes, beneficiosas para la salud.

Más que un alimento
Su versatilidad alimenticia varía desde ocuparse para hacer tortillas, tamales y guisos con este producto, hasta bebidas calientes como el atoles y ancestrales como el pozol, el tejuino, tejate, entre muchas más.
Asimismo, su producción ha sido rescatada por millones de familias campesinas, siendo considerado patrimonio biocultural de la población mexicana, por la directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, Carmen Casas Ratia.
El cultivo principal del maíz en México se da en dos variedades: blanco y amarillo. El maíz blanco se produce exclusivamente para el consumo humano, en virtud de su alto contenido nutricional. Por otra parte, el maíz amarillo se destina al procesamiento industrial y a la alimentación animal. Ambos se producen en dos ciclos productivos: primavera-verano (PV) y otoño-invierno (OI), bajo las más diversas condiciones agroclimáticas (humedad, temporal y riego) y diferentes tecnologías.
Este cultivo es el más emblemático del país, siendo símbolo de identidad, alimento y sustento de millones de familias en el país, siendo su diversidad y producción reflejo del esfuerzo y trabajo de los agricultores mexicanos.