El chocolate se hace a partir del fruto de un árbol llamado cacaotero o árbol de cacao. Es endémico de las regiones tropicales y sub tropicales de América Latina.
El fruto que dan los cacaoteros se llama cacao y es, gracias a este, que se extraen unas semillas, llamadas nibs, con las que se realiza el chocolate.
Un chocolate está compuesto por manteca de cacao y pasta de cacao. Se le pueden agregar azúcares, leche y otro tipo de grasas vegetales para su elaboración a nivel industrial.
Hay organismos que regulan que un chocolate contenga los ingredientes necesarios para poder serlo. Se verifica que tengan cierto porcentaje de manteca y pasta de cacao o de lo contrario (al tener otros productos que no provengan del cacao), sólo será un dulce sabor chocolate o alguna manteca con saborizantes artificiales.
Con lo anterior, notamos que, si un chocolate puede llamarse así por sus ingredientes, entonces el chocolate blanco no es realmente un chocolate. Al no contener pasta de cacao -que da el característico color chocolate-, no puede serlo.
Sin embargo, la manteca de cacao sí está presente en un chocolate blanco. A esta se le agregan azúcares, leche en polvo y otros ingredientes que son usados como conservadores y estabilizantes.
En la actualidad, hay cientos de marcas que en realidad no son chocolates, pues contienen una mínima o nula cantidad de manteca y pasta de cacao.
El porcentaje de manteca y pasta de cacao son los que determinan la calidad del chocolate; así como la trazabilidad del producto, que comienza desde el cacaotero y concluye con el consumidor.