Durante la noche del 14 de abril y la madrugada del 15 de abril, se hundió uno de los barcos más famosos de toda la historia: el Titanic se hundió en casi tres horas; provocando la muerte de 1513 personas.
El hundimiento fue provocado por la colisión contra un gigantesco iceberg a estribor del barco. Durante el día del 14 de abril, se recibieron bastantes mensajes informando la presencia de icebergs en la zona, pero el Titanic jamás respondió ante ellos y aun se desconoce la verdadera postura del capitán respecto a los mismos.
Este barco, uno de los más grandes hasta ese tiempo causó conmoción mundial, pues murieron cientos de personas de todas las clases sociales y diversas nacionalidades. Incluso estaba a bordo un político mexicano de nombre Manuel Uruchurtu Ramírez —quien pudo salvarse, pero cedió su lugar en el bote salvavidas a una mujer que mintió, para poder acceder a este. Sin embargo, cumplió con su promesa de visitar a la esposa del político y contarle lo sucedido; anécdota que jamás pudo ser comprobada— que era parte de la oligarquía porfiriana.
Debido a que el Titanic ha dado de qué hablar por generaciones; diversos investigadores de diferentes disciplinas se han dado a la tarea de hurgar entre los acontecimientos del famoso transatlántico. Por ello, entre lo más visto del Titanic, se encuentran las comidas que pudieron disfrutar los pasajeros y tripulantes del barco.
Un transatlántico lujoso con canchas deportivas, alberca y hasta biblioteca; también tuvo dos restaurantes y dos cafés. El más lujoso de ellos era el más privado y también donde se servían alimentos a la carta durante todo el día; decorado al estilo Luis XVI, como gran parte del barco.
Las comidas que sirvieron fueron de absoluta elegancia y exquisitez para la época. A pesar de que las diferencias entre las tres clases sociales estaban fuertemente marcadas; incluso los pasajeros de tercera clase tuvieron acceso a alimentos de mejor calidad a los que estaban acostumbrados.
Se ha hablado mucho sobre el menú que tuvo el Titanic, específicamente el de la última cena. No obstante, se conoce muy poco sobre uno de los postres y esto ha dado lugar a múltiples interpretaciones: el budín waldorf; cuya receta se desconoce totalmente, pues se hundió junto a un puñado de información respecto a la cocina del barco.
Se sabe que el menú de la primera clase fue diseñado por el famoso Auguste Escoffier —considerado creador de la cocina moderna, pues dividió la cocina y le dio orden. Con él se crearon las partidas de cocina, entre otras cosas (incluyendo de diversos platillos como las fresas jubileé o el peach melba)—; quien, a pesar de esto, no tuvo intervención en el budín.
El postre se volvió famoso al no contar con ninguna receta sobre el mismo, pues actualmente se utilizan ingredientes con los que se hace la ensalada waldorf: manzanas, nueces y pasas. Pero la ensalada tampoco tiene que ver con este postre y tampoco el Hotel Waldorf de Nueva York, pues no se preparaba nada similar en aquella época.
Es posible que el budín waldorf haya recibido este nombre, después del que sirvieron en el transatlántico Olympic; que fue el barco anterior al Titanic. El cremoso postre de vainilla, contenía rebanadas de manzana, uvas y algunas nueces. Muy probablemente por ello se le llamó waldorf pudding, pues tenía similitud a los ingredientes usados en la famosa ensalada.