Tamales hay muchos y no sólo en México, pues también en varios países de Latinoamérica se cocinan estos deliciosos platillos que son insignes de la cocina prehispánica. Incluso hasta nuestros días llega un platillo muy famoso de la región de la Huasteca, tanto en Hidalgo como en San Luis Potosí, Veracruz y algunos otros lugares del país.
El zacahuil es un tamal gigante (sí, gigante) porque tiene un tamaño colosal y se podría alimentar a más de una familia entera con este. Es el tamal más grande que hay y está hecho con masa martajada,
La palabra zacahuil viene del náhuatl zacahuili y significa zacate o con sabor a zacate. Probablemente, se le otorgó este nombre por la masa que usan para preparación, que es con masa martajada; por esto no tiene un sabor como el de los tamales que regularmente comemos o conocemos.
También se prepara con manteca y carne de cerdo, pollo o guajolote. Se le pone salsa de chile chino, cascabel y varias especias; mezcladas con la masa y se colocan grandes trozos de carne de uno o varios animales. Para la envoltura, se usan varias hojas de plátano y se cuece en un horno de leña o en texcal.
Actualmente se puede encontrar en los mercados populares y lo venden en por porciones más pequeñas que cortan las vendedoras. Aun así, se sirve una porción abundante, según el gusto del comensal. También le pueden poner chiles verdes encurtidos para darle el toque final.
Este es un platillo que suele consumirse en eventos importantes, en días de plaza o los domingos. Toma varias horas poder cocer el enorme tamal y hay vendedoras que afirman que lo meten a cocer a medio día, para tenerlo listo en la madrugada del día siguiente y así poder venderlo en los tianguis o mercados.
Es un platillo que tienen muchas técnicas mesoamericanas, como la nixtamalización, la preparación de moles o salsas para el relleno y una cocción debajo de la tierra con leña y piedras calientes.
Las leyendas cuentan que los tamales eran alimentos rituales y por ello tienen carne dentro, la carne de los sacrificados que eran ofrendados a los dioses. Cabe recordar que anteriormente sí hubo sacrificios humanos y eran parte de la religión y cosmovisión que tuvieron los antiguos mexicanos. Sin embargo, la parte de la antropofagia no está muy clara hasta al momento
Otra versión indica que era una ofrenda a los dioses para pedir por un buen clima y como agradecimiento tras las cosechas. Es importante hacer mención de la relación tierra-clima-religión para poder comprender la magnitud de las celebraciones y la importancia de la alimentación o las ofrendas que realizaban en la antigua Mesoamérica.
Desde luego, todo cambió al llegar los españoles, pues se le agregó manteca y carne de cerdo. Por ello, lo más común es que se le prepare con este animalito.